lunes, 22 de marzo de 2010

GIRASOLES


Abre Kate su cuaderno y nos regala un trozo de luz en estos días tan lluviosos. La estética power flower convertida en material escolar y atiborrando las estanterías de los supermercados.
Colocamos el cuaderno de pie, como si sobre la mesa del aula Picasso esos girasoles hubieran florecido. El girasol fue introducido en la península ibérica en el siglo XVI. Proviene de América del Norte. Su nombre en botánica es Helianthus annus. Nos trae el sol a la clase, nos llena de un calor veraniego. Casi podemos escuchar la música de las chicharras.
Nuestra imaginación nos lleva, entonces, a extensos campos de girasol, tan abundantes por Andalucía, y, de pronto, el cielo lluvioso da paso al sol y nosotros nos hemos convertido en unos hippies que recorren el mundo en una furgoneta. En pueblos blancos y caldeados, rodeados de interminables campos de girasol, montamos nuestro teatrillo de títeres: saltimbanquis, tragadores de bolas de fuego y sables, perros pulgosos y acróbatas.
Afortunadamente, el delirio sólo dura unos segundos: los girasoles, redondos y naifs, sobresalen en un cielo azul intenso donde navegan unas mansas nubes, en absoluto amenazadoras. Si miramos atentamente la foto, las nubes son las cejas canosas de un rostro sonriente. Los ojos infantiles son los dos girasoles que nos miran como si la naturaleza se hubiera convertido en otro estudiante más de español.

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